Vencida... vencida.

El alcohol me pudo, a la cuarta copa ya no era una mujer. Era un saco de boxeo, inerte, sumisa, fácil... Mi amigo supo como controlar la situación para abusar(no tiene otro nombre) de mi. Me golpeo, me dio por el culo, me metió su miembro en mi boca. En diferentes ocasiones...

Mi falso pudor de mujer no funcionó ni un minuto, sólo quería que me follara, que me diera mi merecido. Lo último que recuerdo de este señor es cabalgandome por detrás mientras me gritaba que era lo único que quería de mi, ¡cabalgarme!

A la mañana siguiente ya no estaba, sólo dos pistas me demostraban que no fué un sueño.

-Su leche caliente.... en mis braguitas.

-Un café aun caliente, en mi mesilla. 

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